La Reflexión Nº 149. Se titula: ¿ Por qué el hombre natural no comprende las revelaciones del Señor?

La Reflexión Nº 149. Se titula: ¿ Por qué el hombre natural no comprende las revelaciones del Señor?
Estimado lector: al volcar en esta Reflexión la calificación, con todo respeto, de hombre natural, es referente a todas las personas que no entregaron su vida al Señor Jesucristo. Todas ellas , como antes era yo, se mueven en el plano material, en la dimensión de este mundo visible a los ojos carnales y con sus propias leyes. Todas estas son contrarias a las leyes del Señor. Casi en su totalidad las leyes humanas están influenciadas por el diablo, que es el príncipe de la potestad del aire, el cual solo busca la muerte y la destrucción de la raza humana.
También están las personas que entregaron sus vidas a nuestro Señor y Salvador Jesucristo quien ministra sobre todos los creyentes el Espíritu Santo.
Podemos llegar a comprender misterios y la sabiduría oculta de nuestro Señor porque al venir sobre nosotros su Santo Espíritu, es revelada la sabiduría y misterios y amor del Señor Jesús; o sea que toda esa revelación divina solamente se puede discernir espiritualmente, no existe otra manera.
Estimado: a continuación transcribiré, de la Santa Biblia, que es la palabra de Dios 1 Corintios 2: 6-12. Esta porción se refiere a la revelación, por el Espíritu Santo y al comenzar esta lectura pídale al Señor, que le abra sus ojos espirituales. Si usted no aceptó al Señor Jesucristo este es su momento: abra su corazón para el Señor, aceptando el sacrificio de la cruz del Calvario, donde el Señor derramó su santa sangre, con arrepentimiento sincero de todos sus pecados y desobediencias y así podrá gozar de paz espiritual y salvar su alma espiritual el día que parta de esta tierra pudiendo ingresar a la dimensión espiritual del Señor Jesús comenzando una nueva vida, una que agradará al Señor, y comenzará a comprender las enseñanzas espirituales de nuestro Dios, a través de su hijo amado nuestro Señor Jesucristo.
1 Corintios 2: 6-16 La Revelación por el Espíritu Santo.
6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
7 Más hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
8 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
9 Ante bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre. Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
10 Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escrudiña, aún lo profundo de Dios.
11 Porque ¿ Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios;
12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido;
13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y nos las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”
Estimado lector: aférrese a la roca viva que es nuestro Señor Jesucristo. Para finalizar le dejo, para que medite, estos pasajes bíblicos: “ San Lucas 6: 46-49. Los dos cimientos
46 ¿Porqué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
47 Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicará a quién es semejante.
48 Semejante es el hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.
49 Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.”

Que el Señor lo bendiga abundantemente. Un amigo en el Señor. Si desea saber más llame al 1134012867 de 8.00 a 18.00 hs.