La Reflexión Nº 135. Se titula: El perdón de nuestros pecados



La Reflexión Nº 135. Se titula: El perdón de nuestros pecados.
Estimado lector: este es un tema importantísimo ya que se refiere al arrepentimiento sincero ante el Señor de todos nuestros pecados y desobediencias a su santa ley.
Por lo general, para que podamos llegar ante los pies de nuestro salvador, existen cristianos verdaderos que brindan guía y dirección a toda aquella persona que desea estar bien ante el Señor para recibir sus ricas bendiciones en todas las áreas de su vida.
Citaré “ San Juan 20:23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, le son retenidos.”
Este es un versículo que fue mal interpretado por la religión. Hay personas que se dedican a un sacerdocio y bajo ordenanzas de hombres creen que tienen la potestad de perdonar pecados, o sea las desobediencias al Señor. Esto es totalmente falso. Ningún ser humano (somos raza caída cuando no vamos al Señor) puede perdonar ningún pecado de otro ser humano. Quien perdona el pecado es nuestro Señor Jesucristo.

Un verdadero creyente hace de guía a otro ser humano presentándolo al Señor para que Él le perdone sus pecados. O sea que le estaríamos remitiendo ( o sea enviando) esos pecados y es solamente ÉL quien tiene el poder para perdonarlos. En este mismo versículo enunciado, habla de retener pecados. Tampoco ningún ser humano puede retener pecados de nadie. Esta retención de pecados no es motivo ni es final de cada persona.
Al no querer liberarse de sus pecados, el no creyente,es por culpa suya, no de otra persona, por lo tanto los mismos son retenidos, quedan adentro de su ser para su desgracia y perdición, pues solamente por su voluntad puede librarse de esa carga poniéndose a los pies de nuestro Señor Jesucristo.
Estimado: ¿Se liberó de sus pecados?........ De no ser así, lo invito a que acepte al Señor Jesús y que se arrepiente sinceramente de todos sus pecados, abrazando el sacrificio de la cruz del Calvario y así Él lo librará de toda carga, de toda angustia de toda cosa mala y negativa; busque un templo a donde se mueva el poder del Espíritu Santo de Dios, compre o consiga  la Santa Biblia ( Recomiendo la Reina Valera edición 1960, en librerías cristianas evangélicas) y su vida cambiará totalmente para que el día que parta de este mundo, su espíritu , que es inmortal irá con nuestro Señor Jesucristo.
Para finalizar le dejo un versículo bíblico para que medite: “San Juan 14:2
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; sí así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Que el Señor lo bendiga abundantemente. Un amigo en el Señor.
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